Los científicos y premios Nobel, Robert Wilson, Harold Kroto y John Mather –que se encuentran en las Islas con motivo del Festival STARMUS−, reunieron, el pasado 26 de septiembre, a casi 250 personas en el Museo de la Ciencia y el Cosmos en un encuentro organizado por el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), en colaboración con el citado museo.
La presentación del acto corrió a cargo del presidente del Cabildo Insular de Tenerife, Carlos Alonso; la presidenta de Museos de Tenerife, Amaya Conde; del director del IAC, Rafael Rebolo y del director del Museo de la Ciencia y el Cosmos, Antonio Mampaso.
Este encuentro congregó a jóvenes doctorandos y estudiantes universitarios, entre otros asistentes, que formularon cuestiones sobre las trayectorias personales y profesionales de estos ilustres científicos.
Científicos del mundo
Robert W. Wilson, nacido en 1936 en Houston (EEUU), trabajaba en un nuevo tipo de antena en los Laboratorios Bell, cuando en 1964 él y su colega, Arno Penzias, encontraron con su radiotelescopio una fuente de ruido que no podían explicar. Habían descubierto la radiación del fondo de microondas procedente del Big Bang. En 1978, recibieron el Premio Nobel de Física por ese descubrimiento. Según la Academia Sueca : “Su trabajo es fundamental, porque ha hecho posible obtener información sobre procesos cósmicos que tuvieron lugar hace mucho tiempo, en el momento de la creación del Universo.”
Harold W. Kroto , nacido en 1939 en Wisbech, Inglaterra (Reino Unido), descubrió en 1985 los fulerenos cuando estaba realizando experimentos, con su equipo de la Universidad de Sussex, sobre las moléculas de carbono descubiertas en las estrellas. Contactó entonces con sus colegas estadounidenses Robert F. Curl y Richard E. Smalley, que confirmaron su descubrimiento y, en 1996, recibió el Premio Nobel de Química por ello. Según, la Academia Sueca: “Desde el punto de vista teórico, el descubrimiento de los fulerenos influye en nuestra comprensión de dominios tan diversos como el ciclo galáctico del carbono y la concepción clásica de la aromatización [formación de anillos moleculares], una piedra angular de la química teórica».
John C. Mather, nacido en Roanoke Virginia (EEUU) en 1946, formaba parte del equipo del satélite COBE, que fue lanzado en 1989 para estudiar la radiación del fondo cósmico de microondas. Este satélite detectó en 1992 las variaciones de temperatura en esa radiación que corresponden a irregularidades en la distribución de materia del universo recién nacido. En 2006 recibió, junto con George Smoot, el Premio Nobel de Física por descubrir esas “anisotropías” en la radiación de fondo cósmico de microondas y que ésta se comporta como “cuerpo negro”. La Academia Sueca justificó la entrega del premio “por su mirada hacia la infancia del universo» y «sus intentos por entender el origen de las galaxi